Hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy: Kaizen
Todo emprendedor o empresario que crea una empresa tiene un fin común en mente y es el de ganar dinero, prosperar y crecer. Pero hay otro fin, que todos definen en un primer momento, que es el de cumplir con la visión de la empresa; esa que tiene en común en casi todas las empresas frases como “ser la mejor…, ser puntera, alcanzar el mayor estándar de calidad…, ser la empresa líder… “etc.
Pero, ¿realmente todas las empresas y organizaciones, tienen la consciencia de que ese es el objetivo a trabajar día a día y no dejarse llevar por la vorágine que les envuelve remando sólo en el sentido en el que sopla el viento?
Sin querer generalizar, pocas son las empresas que están impregnadas de la idea, de que el trabajo y fin diario de la misma debe ser, alcanzar su visión.
Pero y eso ¿Cómo se consigue?
Pues sin duda, con una revisión constante de los estándar de trabajo. Impregnándose, de la filosofía de “Mejora continua o Kaizen (cambiar para mejorar, en japonés)”, pero no para quedar bien entre proveedores, clientes o demás stakeholders, sino creyéndoselo de verdad, implantándolo de verdad.
Muchos dirán que ya lo hacen, que tienen implantados sistemas de calidad que les lleva a trabajar en la mejora continua, pero he de decir que el Kaizen es algo más, es un método japonés que sobresale por encima de otro, pues es aplicable a cualquier nivel de la empresa y no solo a las organizaciones, pues es incluso aplicable también a las personas.
Esta filosofía tiene mucha similitud con el coaching. Es más, podríamos decir que el coaching se podría estar alimentando de ella, ya que al igual que en el Kaizen, establecemos pequeños movimientos que nos ayuden a cambiar y alcanzar el estándar de calidad en el producto o la mejora en el proceso de trabajo, en coaching trabajamos igual; de hecho hay una pregunta que hacemos: ¿Qué pequeña acción puedes hacer esta semana, que te acerque un poco más, al objetivo que te has fijado para 6 meses? y que llevamos a los trabajos de Kaizen tambien.
Este método tiene como valor añadido sobre otros: el que implanta una cultura en la organización, en la que todas las voces de la misma están presentes en las reuniones desde el primer director o gerente hasta el guardia de seguridad que cierra por la noche las instalaciones. Todos tienen voz, todos pueden aportar, todos hacen brainstorming, todos tienen ideas, que aportan valor al objetivo de mejora y esa es una de las bondades de esta metodología y que me encanta, pues a veces las soluciones son tan sencillas como darle voz y escuchar a la persona del último escalafón de la organización.
La filosofía del Kaizen conlleva el que no puede pasar ni un día sin haber realizado un pequeño movimiento que mejore el estándar de trabajo.
El éxito del Kaizen está en la continua acción por pequeña que sea, sin dejar pasar ni una sola oportunidad de mejora, ni malgastar el tiempo, pues además el hecho de ir haciendo esos pequeños movimientos, al ver los resultados de manera casi inmediata, motiva a seguir trabajando en ello y visualizar como alcanzable el objetivo propuesto.
Y ahora me diréis, ¿y si es tan fácil, por qué a veces no termina de despegar? ¿Por qué hay empresas que gastan una pasta en aprender la metodología y luego siguen igual? La respuesta: Las personas. “La estrategia Kaiken empieza y acaba con personas”.
Y ¿por dónde empieza?
Pues como en casi todos los casos de éxito de organizaciones empieza por el ejemplo del máximo responsable, del líder. Si el líder no cree en ello, no se lo aplica a sí mismo y no lo aplica en las áreas en las que el participa o defiende, difícilmente llegará a los de abajo y difícilmente esta filosofía será la filosofía de la empresa.
Desde aquí os animo a investigar, preguntar o trabajar desde esta metodología, de Toyota Motors, como precursora de la misma y que bien le valió un primer lugar en la industria del automóvil.