Suscríbase a nuestro Boletín de Noticias mensual

Recibirá puntualmente todas las noticias del sector y novedades sobre el mundo del lean. Software, formación, bibliografía o artículos de opinión.

 

La Industria 4.0 se hace más fuerte con la realidad aumentada

24/11/2018 7:050 comentariosVistas: 13

La realidad aumentada se consolida en el terreno industrial. Compañías como Ford ya trabajan en sus plantas con aplicaciones como la que presentaba la semana pasada Rockwell Automation y PTC en su feria anual, en esta ocasión en Filadelfia.

Vuforia, que así se llama la aplicación desarrollada por estas compañías, destaca por la sencillez de su uso y combina muy diferentes posibilidades (seguridad, mantenimiento, monitorización…). Aunque se han decantado por utilizar las gafas Hololens de Microsoft, la solución está igualmente disponible en cualquier dispositivo móvil con pantalla, ya sea un móvil, una tableta…

Si optamos por utilizar las Hololens, tendremos mayor libertad de movimiento para chequear cualquier elemento de una máquina conectada observando cada uno de sus parámetros, el estado de las piezas… Basta apuntar con el visor o con la cámara del dispositivo al código QR de la instalación concreta que queremos monitorizar para que veamos todo tipo de información acerca de su funcionamiento.

Entre las posibilidades que ofrece esta tecnología, se encuentra la de mejorar la seguridad de los trabajadores. Cuando la estamos utilizando, aparecen tres zonas claramente diferenciadas en el visor, según la distancia a la que nos encontremos de ese elemento. Si estamos en zona de seguridad no hay problema, pero si nos acercamos a la zona de riesgo o de precaución aparecerá un área de color amarillo alertándonos. Cuando nos aproximamos demasiado alcanzando la zona roja bien saltará la alarma, se detendrá la máquina…

Si optamos por utilizar la aplicación desde el móvil, podemos ayudarnos de la pantalla táctil del dispositivo para seguir viendo esas zonas de seguridad, pero también podremos interactuar de múltiples formas con la pantalla táctil. Así, por ejemplo, en caso de que los sensores instalados en la máquina o robot detecten un error, podremos ver todas las gráficas en tiempo real y a partir de ahí tomar la decisión más apropiada. Incluso comprobar cómo es esa pieza por dentro y cómo está siendo su comportamiento, mucho antes de que decidamos intervenir.

Hay que decir que el móvil o la tableta funcionan como control remoto y que, por las demostraciones que hemos tenido ocasión de ver, la instalación responde a las órdenes que enviamos a través del móvil o la tableta. Así, tan pronto activamos o desactivamos un controlador en la pantalla, esa acción tiene su correlato en la vida real. Vuforia también resulta útil para aquellos casos en los que un operario detecta un problema y necesita, por ejemplo, llevar a cabo una reparación.

Ya está disponible también otra app -Smart SMG- en la que se nos muestra otro ejemplo, en este caso de una fábrica de drones. David Barragán, uno de los responsables de arquitectura conectada de Rockwell Automation, nos explica que “los operarios pueden detectar los errores antes de que haya que abrir el motor”.

“En ese caso, no habrá que recurrir a un manual de instrucciones, sino que la aplicación diseñada puede incluir esa información en diferentes pasos, indicando cómo llevar a cabo todo el proceso”, nos explica. Por ejemplo, en una factoría, para cambiar una válvula en un conducto, se nos indica qué llave hay que cerrar primero. En ese momento, comprobaremos en pantalla que el flujo se ha interrumpido y la presión que soportan las diferentes llaves.

Después nos dirá qué elemento girar y así hasta completar todo el proceso, pudiendo seguir en pantalla todo el tiempo para evitar la más mínima incidencia.

Estos son solo algunos de los usos que ya permite aplicar la realidad aumentada a la industria conectada, con independencia del sector en el que se trabaje. Todo apunta a que esta tecnología está recorriendo el mismo viaje que en su día hicieron la realidad virtual o la impresión 3D.

“El software multiplica las posibilidades. Buscamos adaptarnos a cada situación con nuestras soluciones”

Tras unos primeros momentos en los que tuvieron un mayor desarrollo en productos más enfocados al público general como el entretenimiento en videojuegos, cine… saltaron a la industria, donde están teniendo una mayor progresión si cabe. En el caso de la realidad aumentada, también pasa ahora del ámbito educativo y del ocio a la industria. En palabras de Blake Moret, CEO de Rockwell Automation, a elEconomista “este software multiplica las posibilidades”.

“Buscamos adaptarnos a cada situación con nuestras soluciones, asegurarnos de que la dosis sea la correcta en cada caso, pretendemos que el tanque de combustible esté lleno a donde quiera que sea el viaje, porque la tecnología está desbloqueando nuevos niveles de productividad”, añade en referencia a las 150 nuevas soluciones presentadas en su feria anual.

Es la reciente alianza entre Rockwell Automation y PTC la que va a permitir también un mayor desarrollo de este tipo de soluciones de realidad aumentada y de otras tecnologías. Así, mientras que PTC ofrece los programable logic controllers (PLC) o autómatas programables así como las aplicaciones de realidad aumentada, la conectividad y el Internet industrial de las Cosas (IIoT), Rockwell permite avanzar a las compañías en todo lo relacionado con analytics, MES, automatización, control industrial, sensores y redes. “¿Qué conseguimos cuando conectamos todo?”, se pregunta Jim Heppelman, CEO de PTC. “Que podemos monitorizar y controlar cualquier aspecto de la producción para, a partir de ahí, optimizarla, llegar antes al mercado, satisfacer mejor las necesidades de los clientes…”.

En una feria dedicada a la automoción y en la que los robots y los automatismos eran los principales protagonistas, Heppelman reivindicó el papel de la formación para los profesionales, que cada vez serán más cualificados. También habló de la “madre naturaleza como inspiradora de muchos diseños, desde la similitud entre las alas de un ave rapaz y de un avión o entre el sistema circulatorio humano y las comunicaciones en una planta industrial”.

 

Fuente: El Economista.

Responder