Schindler transladara por el Lean Manufacturing una maquina a Zaragoza que actualmente hace en Suiza
La fábrica zaragozana de Schindler, pieza clave del engranaje industrial aragonés, asumirá este año un importante pedido de la multinacional suiza. A finales del 2016 está previsto que comience a producir una nueva línea de máquinas de tracción (motores) para ascensores de rascacielos que hasta ahora hacía en la factoría de Ebikon (Suiza). Se trata de equipos de alta gama que, aunque con un volumen de producción menor –unas 400-500 unidades al año– que los estándar, requieren de la implementación de una tecnología más avanzada que exige más horas de fabricación.
La inversión en la nueva línea de producción, cuyo traslado a Zaragoza viene motivado por el “nivel de competitividad” de la planta, será de “varios millones de euros”, según fuentes de la compañía. La cifra exacta dependerá del grado de internacionalización o derivación a proveedores de la fabricación de las distintas piezas del producto. Al margen de este encargo, la factoría puja con otras del grupo para atraer nuevas familias de máquinas de ascensores que se lanzarán a finales del 2018.
La planta de Schindler, ubicada en el polígono Empresarium de La Cartuja, está especializada en la fabricación de componentes de seguridad de ascensores, tales como limitadores de velocidad y paracaídas, así como cabinas especiales y máquinas de tracción. Es uno de los centros de producción más importantes del grupo en Europa, no sólo por su tecnología y la incorporación de los dispositivos más innovadores, sino también por ser responsable de dar servicio al resto de factorías y filiales de la compañía en todo el mundo.
Este enfoque hace que la planta tenga un elevado perfil exportador, que se ha intensificado en los últimos años por el derrumbe del mercado nacional, debido sobre todo al pinchazo de la construcción. Ahora más del 80% de su facturación procede de otros países (antes el 75%). En este sentido, destaca su mayor penetración en la Unión Europea (70%), seguido por Suiza (12%) y Asia (7%).
En los duros años de crisis ha mantenido una línea ascendente en su facturación, con un crecimiento del 20% entre el 2009 y el 2013, hasta los 70 millones de euros. Desde entonces, este nivel de ventas se ha consolidado con cifras muy similares en los ejercicios 2014 y 2015 y prevé volver a hacerlo en el 2016. “El pasado año cumplimos los objetivos que nos hemos marcado en crecimiento y rentabilidad por lo que todo indica que la recuperación del mercado se está produciendo”, explica David Gascón, director de la fábrica desde hace un año. En su opinión, el sector del ascensor en España “poco a poco se va recuperando”, pero este avance se está “ralentizando” por la incertidumbre política.
INFORMÁTICA Y LOGÍSTICA El nivel de empleo de Schindler Zaragoza también se ha mantenido. La plantilla total supera los 400 trabajadores, de los que 184 son de producción, la división Schindler Drive Systems (SDS). Además de la actividad fabril, el complejo de La Cartuja, que el próximo año cumple su décimo aniversario, acoge otras áreas como formación, distribución o informática, además de parte de sus servicios centrales en España. “Actualmente las posibilidades de contratación son más favorables que hace unos años, pero en Schindler siempre hay oportunidades gracias a nuestra presencia internacional”, subraya Gascón.
El departamento informático, que presta servicios y soporte a las plantas de Schindler en todo el mundo, es unos de los que más ha crecido en los últimos años y suma ya 70 empleados. El centro logístico también está en expansión, con un crecimiento de la actividad del 30% en cinco años. La compañía cuenta con otros 200 empleados en Aragón para el montaje y el mantenimiento de instalaciones.
Los objetivos para el futuro más próximo pasa por introducir en el mercado nuevos productos y seguir apostando fuerte por la I+D. La planta, además, está adaptando al máximo sus procesos productivos a la filosofía lean-manufacturing.